La espiral de violencia que vive México, azotado por el crimen organizado, ha acabado afectando a seis españolas que pasaban unos días de vacaciones en lo que en su día fue el "paraíso" de Acapulco. El asalto y robo con violación del grupo de seis mujeres y cinco hombres españoles, por parte de cinco encapuchados armados, es uno más de los múltiples delitos que vive México cada día. Pero en esta ocasión daña la imagen turística internacional en un estado, el de Guerrero, donde desde hace unos años se han instalado la pobreza y los chantajes de los narcodelincuentes, hasta el punto de que la propia población civil ha comenzado a formar grupos de autodefensa civil para patrullar las calles. La policía espera poder seguirle la pista a los delincuentes a través de los ordenadores, tarjetas de crédito y teléfonos que robaron tras la agresión sexual. Algo que los defensores de derechos humanos y víctimas de otros casos ponen en duda la corrupción institucional y el miedo imposibilitan hacer justicia. Más en un país donde lo sucedido podría responder a una guerra de bandas por el control del chantaje al sector turístico. Informe Semanal indaga, pese a la discreción que merecen y han solicitado las víctimas, en las condiciones en las que se ha producido el suceso y las consecuencias que puede tener para el ciudadanos de a pie, o para el turista que sólo busca un poco de sol en la costa tropical del Pacífico.